Nada mas que piel

Muchachos y muchachas semidesnudas recorren las calles, aceras y parques de la gran ciudad. Se ha vuelto frecuente verles posar sobre estatuas, hitos arquitectónicos o murales. Van a los museos y en vez de presenciar y sentir el arte; posan. Se paran frente a los oleos y se fotografían semidesnudos, algunos incluso se deshacen de su minúscula ropa interior y en cueros, se retratan para el deleite de sus fans.

Así era su pobreza, lo único que tenían para ofrecer era piel.

Lo mejor de mi, son las horas que paso ejercitándome frente al espejo, son como seis diarias -me dijo una muchacha que entorpecía mi visión de un cuadro de Bravo con sus piernas entreabiertas. El resto del tiempo, poso para mis admiradores. ¿Me admirarías?

Y la admiré, tres segundos. Y posteriormente algunas noches.

Para ella, vestirse era como dormir. Una vez que la vestías simplemente desaparecía. No había nada más en ella, que piel.


*




Comentarios

Entradas populares