El velo

La cortina de lluvia que antes separaba éste recuerdo tan mío de ese recuerdo tan tuyo se ha deslizado lo suficiente como para dejarme salir.

Se está tibio acá, bajo el ala protectora del vapor que huye rebelde del contacto de todo aquello que ya no cabe en la oquedad materna y emplumada de la ausencia tuya, un huequito diminuto de un calor recíproco como cuchara junto a cuchara, entre la cual me escurro para ver tu recuerdo en espiral descendente fluyendo en dirección al centro profundo del alcantarillado olvidado bajo la cortina de lluvia, que aún clamándome tuya... Me ha dejado escapar. 


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