Montañas
El viento insufla la cortina que curte el cubrecamas que en cordillera se alza, en dos cuerpos que en abrazo se yerguen, ondeando bajo el velo de la noche. Uno; y sobre, y entre, y junto. Placas tectónicas, corrientes, dibujan un mapa sólo reconocible entre quiénes recorren la vastedad de la cama; coronando esquinas en ascenso, orlanando espumas serpentinas. La aurora los performa. Sus formas ondeantes decantan en la luz que proyectan hacia la esfera del atardecer. Un nimbus, atrás, recibe la sombra de este cortejo que es reflejo de la singularidad de esos cuerpos ondulando, que de tanto en tanto, pasan de plano a montañedad.