Entradas

Mostrando las entradas de 2021

Volverte, oh tormenta.

 Volveremos; y será hermoso, como despertar de una pesadilla con el delicado sonido del arrullo de una bandada de copihues, lloviendo mullidamente sobre el tejado, en una noche otoñal. 

Euterpe

Este cuento se llamaba originalmente Terpsicore, pero le cambié el nombre porque me había equivocado de musa.  Toda ella era música, su voz era un LA perfecto. Delgada, de cuerpo esbelto, pelo largo y grandes pies a lo lejos parecía una corchea. Caminaba con ritmo y siempre en cuatro cuartos y cuando se embarazó; era como una llave de sol, mas su hijo, un nonato, convirtió su vida en un réquiem. Fue ahí cuando la conocí, hablamos de sus padres (ambos músicos concertistas), y de lo inusual de su nombre, que era el nombre de la musa de la diadema y el arpa y de cómo había ajustado su vida a su nombre, siempre en el tono preciso, siempre en la escala exacta. Sus tiempos eran distintos a los míos, cuando yo decía en quince minutos, ella decía en dos tanguitos de Piazzolla, cuando había taco y lo más posible era que me tardara demasiado, me decía que en un disco de Davis estaría en su hogar. Nos amamos con altos y bajos, jamás conocí sus silencios hasta que me dejó, tom...

Yo danzo con dos quimeras

 Sean rubias o morenas,  pelajilargo enjoyadas o tiñosas desdeñadas; yo, danzo con dos quimeras.  Ellas siempre me invitan, felinas deidades aladas, a remolinarme entre sus plumas nuevas o craqueladas. Son sus colas dos serpientes que sisean infuriadas, que se trenzan en batalla,  cual naufrago en marejada. Yo danzo con dos quimeras,  sean furia de mareas; fieras de largas garras,  rubias o morenas. 

Capitalismo matrimonial

 Y el ofrecióse en matrimonio, porque surgir solo era imposible; y ella dijo que sí, porque no había otra forma de quedarse. Y vivieron (si podemos llamarlo así...) , infelices para siempre. 

Llaves

Como bandadas de aves, caen puñados de llaves lloviéndome en las puertas cerrojos candados y ojos; abriéndo de par en par la tierra el cielo y el mar.  ¡Si hasta abrieron la Catedral,  que conecta con el Hades! 

Ganándome el odio a pulso

 Son las 2 de la mañana y me he demorado cerca de dos horas en componer los e-mails que acabo de mandar a la gente del patrimonio cultural de Chile; llevo más de un año atosigándolos, agarrando toda información que me pueda llevar, porque en algún momento y mientras hablaba de estatuas en "Santiago un día cualquiera..." terminé en la investigación histórica. Recién me arde la oreja (por suerte la derecha), lo cual de alguna forma implica que a uno de los que le entró mi correo, no me ha de odiar tanto, pero el resto si... O eso gustaría de creer.  Porque para eso les mando correos a las 1am, para que el subconsciente en mitad del sueño, reciba una notificación que en su mente (despierto o dormido, da igual) y les haga pensar: a quién mierda se le ocurre huevear a las 2am un fin de semana? A mi, hermano. A mí se me ocurre. No hay tregua. Eso, me falta más que lo que ya he leído por leer, me engañé ignorantemente en la primera cuenta; pero a pesar de eso, éste es el año en que ...