Florecer
Un rayo de sol, al fin te toca. Su tibio calor golpea esa puerta que cerraste hace tanto, entra por la ventana que sellaste a cal y canto; apoca , las mil chimeneas, dos mil infiernos, tres mil veranos; en que una vez, calentaste tus manos. Te alza de la tierra en donde dormías, sereno, pone fin a tu condena. Partícula bendita, onda sagrada; oye desde su orbe, tu meliflua llamada. Tu vestido de madera, lentamente desbotona ; te alza hada y mujer te nombra, te viste driada y perra y monja, te canta y besa y te perdonas; corta las cadenas con las que ataste, el fulgor de tu alma, cuando te sepultaste. Sabe ardor milagro espina; cubre la tierra de punta a cabo; rocas cuarzos, polvo dorado, verdor de campo y agua salina, es su luz; el escenario, donde crece; danzarina, el reflejo muy sutil, de la flor de tu mirada. Y la luz ahí brillaba, respondiendo como un grito, fecundando mar y tierra, perecible o infinito, luminando lo maduro y lo marc...