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Capitalismo matrimonial

 Y el ofrecióse en matrimonio, porque surgir solo era imposible; y ella dijo que sí, porque no había otra forma de quedarse. Y vivieron (si podemos llamarlo así...) , infelices para siempre. 

Llaves

Como bandadas de aves, caen puñados de llaves lloviéndome en las puertas cerrojos candados y ojos; abriéndo de par en par la tierra el cielo y el mar.  ¡Si hasta abrieron la Catedral,  que conecta con el Hades! 

Ganándome el odio a pulso

 Son las 2 de la mañana y me he demorado cerca de dos horas en componer los e-mails que acabo de mandar a la gente del patrimonio cultural de Chile; llevo más de un año atosigándolos, agarrando toda información que me pueda llevar, porque en algún momento y mientras hablaba de estatuas en "Santiago un día cualquiera..." terminé en la investigación histórica. Recién me arde la oreja (por suerte la derecha), lo cual de alguna forma implica que a uno de los que le entró mi correo, no me ha de odiar tanto, pero el resto si... O eso gustaría de creer.  Porque para eso les mando correos a las 1am, para que el subconsciente en mitad del sueño, reciba una notificación que en su mente (despierto o dormido, da igual) y les haga pensar: a quién mierda se le ocurre huevear a las 2am un fin de semana? A mi, hermano. A mí se me ocurre. No hay tregua. Eso, me falta más que lo que ya he leído por leer, me engañé ignorantemente en la primera cuenta; pero a pesar de eso, éste es el año en que ...

Derroteros mentales 10/10

 Holi: Si bien David-ebrio tenía puntos interesantes respecto a cómo pretendía narrar la cosa; ya después más lúcido y menos apasionado, he llegado a las siguientes conclusiones, que serán las que marquen la tónica de este 2020: 1.- Al ser (curiosamente) mi (escaso) público mayoritariamente europeo, me veo en la obligación de ponerlos en antecedente histórico, mucho antes de contarles qué está pasando, y eso implica no escribir ebrio del celular sino en serio y del compu. Llevo mas de un año en los estudios de los antecedentes históricos que componen las bases de lo que es "De éste lado de la barricada", que es lo que les voy a estar compartiendo en el futuro inmediato y que es mi próxima locura literaria.  2.- Tengo catarsis y escritos por escupir, así que interrumpiré lo uno con lo otro. 3.- Lo sostengo, seremos la tumba del neoliberalismo. Eso.  Abrazo aún libre de Covid.  D. 

Casi un año de revolución

 El puñado de los que me leen desde hace años, quizás recuerden "como se los explico, hijos míos" del año 2011, en donde hacía una breve intro de lo que eran las manifestaciones hasta esa fecha. Chile desde ahí a esta altura ha cambiado mucho, mucho; recuerdo por ahí por el 16 de octubre del año pasado, mientras nos tomábamos unas cervezas con unos amigos (posterior a la marcha del 12 de octubre) yo les decía : va a quedar la zorra en este país culiao... A la semana siguiente el tiempo me daría la razón. Y estamos a nada de celebrar un año de que no ha cambiado nada a pesar de que todo ha cambiado, de que celebraremos un año de la muerte del neoliberalismo y éste aún no lo sabe. O que celebremos ser el país que lo prendió todo o ese pedazo de tierra que se martirizó completo y sirvió de ejemplo para que nunca más. Piedra filosofal; cuna de sacrificios como Víctor Jara o Macarena Valdez.  Mientras todo arde, les traeré noticias.  Eso.  Mi compromiso escritor-político ...

El velo

La cortina de lluvia que antes separaba éste recuerdo tan mío de ese recuerdo tan tuyo se ha deslizado lo suficiente como para dejarme salir. Se está tibio acá, bajo el ala protectora del vapor que huye rebelde del contacto de todo aquello que ya no cabe en la oquedad materna y emplumada de la ausencia tuya, un huequito diminuto de un calor recíproco como cuchara junto a cuchara, entre la cual me escurro para ver tu recuerdo en espiral descendente fluyendo en dirección al centro profundo del alcantarillado olvidado bajo la cortina de lluvia, que aún clamándome tuya... Me ha dejado escapar. 

El eco entre las rocas

Es otra vez víspera de navidad. El púrpura del atardecer ulula entre la caliza de las rocas de la fortaleza que me protege de los últimos rayos dorados; dorados como tu pelo al viento. Una ola me salpica otro beso de despedida, al alero del ojo derecho junto a ese lunar; y su rocío esboza una sucesión de osculos que naufragan en el lóbulo, desértico de tu soledad. Yo acá, tan lejos del vaivén de ese pompón que acompasa un ritmo circular del gorro rojo que hoy has de ondear, en donde todo presente es recuerdo. Y no hay ola que acalle la voz de ese silencio; que golpea entre las rocas, piedra arena cemento, se estrella en los fragmentos purpúreos; que al viento, se ordenan en cristales de sales de mar. Donde el eco de tu voz; nunca, volverá a sonar.